Sé cuál es la verdadera Agostina. Cada uno sabe cuál es el verdadero uno mismo, cuál es su parte luminosa y cuál es su parte oscura. A veces hay que hablar, porque nuestra parte luminosa es también la más silenciosa, casi tímida. Entonces hay que ayudar a esa parte luminosa a que se imponga y que diga ‘acá mando yo’. Gritar, imponerse, hacerte oír. Mostrarle a esa parte oscura quien manda. Nadie puede callar a nuestro yo verdadero. Por más que intenten silenciarlo, por más tímido que sea, siempre está ahí. La mejor parte de uno también es la más débil, la mas callada, entonces hay que ayudarla, hay que resistir. Habla. Lo mejor de nosotros es nuestra parte sensible, y de tan sensible se queda muda ante el dolor, por eso hay que hablar. Porque si no hablamos, si no lo expulsamos, ese dolor nos puede terminar matando. Habla ahora. Mañana puede que sea demasiado tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario