Contador de visitas Contador gratis

viernes, 19 de febrero de 2010


Muchas veces tenemos miedo.

Miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer. Miedo de lo que podrían pensar si lo intentamos. Dejamos que nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas.
Decimos que no, cuando queremos decir que sí. Nos callamos cuando queremos gritar y gritamos con todo cuando deberíamos callarnos.
¿Por que? Después de todo solo vivimos una vez.
No hay tiempo de tener miedo.
Entonces basta.
Hay que decir que si en todo momento, arriesgarse, olvidarse que te están mirando. Intentar la jugada imposible. Correr el riesgo. No preocuparse por ser aceptado. No conformarse con ser uno más. Nadie te ata. Nadie te obliga. Ser uno mismo. No hay nada que perder y todo, todo por ganar. Muchas veces creemos en el destino, esperamos que las cosas pasen y nos olvidamos de lo más importante: Creer en nosotros mismos. Nos conformamos en lugar de arriesgarnos. Sin pensar que cada día que pasa nunca volverá.
Nada está escrito. Nada está hecho. Ni siquiera lo imposible. Todo depende de nosotros mismos, de nuestra voluntad.

De decir "si puedo" a cada desafío.

No hay comentarios: